CASA DE LA FORTUNA: DOMUS DE CARTAGENA

En el subsuelo de Cartagena se encuentran gran cantidad de restos de edificaciones cartaginesas y romanas. La Casa de la Fortuna es una domus edificada a finales del siglo I después de Cristo en el interior de la ciudad romana, de la que se han conservado en buen estado una serie de salas con sus solerías y hasta las pinturas murales. Perteneció a una familia adinerada, siendo abandonada a finales del siglo II. Al igual que muchas domus sigue el esquema de casa mediterránea centrada por un patio a cuyo alrededor se sitúan las diversas estancias: Triclínium o comedor, cubículum o dormitorios, tablinium o sala de representación, hortus o jardín, zona de servicio y en algunos casos hasta baño privado... pero... y quienes no disponían de baño privado ¿dónde hacían sus necesidades fisiológicas? En las ciudades romanas todo estaba previsto: la orina era recogida para usarla como desengrasante de la ropa en las lavanderías, proporcionando un lucrativo negocio a quienes la recogían en recipientes por las calles. Para los excrementos había salas de letrinas comunes que se componían de un banco corrido lleno de agujeros donde hacer las necesidades, si el tiempo era frío, el señor mandaba a un criado o esclavo para que se sentase primero y le calentase la superficie, inmediatamente después se sentaba el señor y allí pasaba el tiempo necesario mientras charlaba con otros clientes dedicados a la misma faena. Una vez acabado el asunto, el señor se acercaba a un empelado del establecimiento para que lo limpiase con un estropajo reutilizable que enjuagaba en un recipiente dispuesto para tal fin...

Calle con el pavimento original formado por grandes losas, a los lados se sitúan altas aceras para los peatones, de esta forma se protegen del tráfico y el agua de lluvia que circulaba por la calle.
Desde ella se accede al interior de la casa. La puerta se ve a nuestra derecha, con un gran escalón para facilitar el acceso.

Red de alcantarillado del subsuelo de las ciudades romanas.

Mosaicos de la solería formados por pequeñas piezas llamadas teselas.

Otros mosaicos que forman redes geométricas.

Restos de pinturas magníficamente conservadas en el tablinium o sala de representación.

Merece la pena visitar Cartagena, la antigua Cartagonova púnica y romana, en ella encontraremos las raíces de nuestra historia y de nuestra cultura. Tanto este edificio como los demás restos romanos de Cartagena nos proporcionarán disfrute y conocimientos interesantes gracias a guías que, con el agradable carácter y servicialidad mediterráneos, nos darán todas las explicaciones y aclaraciones que necesitemos.